Gabriel Mestre realizó la tradicional liturgia. Al finalizar la misa recibió regalos de los reclusos.
El obispo Gabriel Mestre presidió el jueves la misa del Jueves Santo y realizó el tradicional lavatorio de los pies en la Unidad Penitenciaria Nº 15 de Batán. “Es la primera vez que me van a lavar los pies”, dijo uno de los presos visiblemente emocionado. Estuvieron presentes la hermana Helena Kuc, delegada para la pastoral carcelaria; el padre Hernán David, capellán de la unidad; Claudia Díaz, jefa del complejo penitenciario, y Juan Domingo Montes de Oca, jefe de la unidad Nº15; junto a otros miembros de la pastoral carcelaria. También la semana pasada realizó este gesto en las Unidades penitenciarias Nº 50 y la Nº 44.
“Qué lindo poder descubrir que Jesús nos ama profundamente, y que Dios nos ama tanto que se queda presente en nuestra vida, en la eucaristía de manera particular, en el pan y en el vino que consagramos en la misa, y recibimos en la comunión. Hoy celebramos también que Dios se hace presente en la comunión a través de los sacerdotes y así acompaña a su pueblo, qué lindo como agradecían al padre Hernán, a la hermana Helena y a las personas de la pastoral que los acompañan en nombre de Jesús”, inició diciendo en la homilía el obispo.
Luego explicó: “celebramos la presencia del amor de Dios en nuestra vida, no será el obispo el que lave los pies a ustedes, será Jesús que lo hace a través mío. Es Jesús, el que nos lava los pies. Es tan grande Dios, que se hace totalmente humilde y pequeño y nos lava los pies a todos nosotros que somos pecadores, no sólo a ustedes que están acá en el penal, también las hermanas, el obispo, el cura, los de la pastoral y todos necesitamos que Jesús nos lave los pies. Qué lindo que mientras que vamos realizando el signo, recemos y le demos el alcance que tiene este gesto de Jesús que quiere lavar los pies, que implica abrirle el corazón para que El que es el más grande entre nuestra vida, y nos lave porque todos necesitamos ser lavados por Dios”.
Imagen del Papa
Finalmente el obispo dijo a todos los presos, miembros de la pastoral y autoridades presentes: “Celebrar esta Pascua 2019, que sea para nosotros, darle permiso a Jesús para que nos ame y nos lave los pies. Eso es lo único que necesita Jesús, ojalá puedan hacerlo de corazón”. Luego de la homilía, el obispo lavó los pies de los presos y de algunos miembros de la pastoral penitenciaria. Muchos de ellos se emocionaron ante tan profundo gesto de amor y servicio.
Al finalizar la misa el obispo recibió de regalo una imagen pintada en madera del papa Francisco realizada en el taller Liberté y también un libro escrito en Braille con oraciones a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro que realizó otro de los presos. Minutos después se dirigió al Centro de Pastoral Universitaria (CPU) que funciona en el penal y bendijo un mural de monseñor Enrique Angelelli que pintó uno de los presos. También se comprometió a llevar a Roma pare regalar al papa Francisco una pequeña imagen de monseñor Angelelli pintada por los presos en los talleres del CPU.